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LA SITUACIÓN EN BULGARIA: EL NUEVO PROYECTO DE NO NAME KITCHEN EN EL PRIMER PAÍS EUROPEO DE LA RUTA DE LOS BALCANES PARA LAS PERSONAS EN TRÁNSITO

  • Categoría de la entrada:Bulgaria
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Por Letizia di Palo, como parte del equipo de No Name Kitchen en Bulgaria. Fotos de Letizia di Palo y de personas en tránsito que comparten sus vivencias con No Name Kitchen

El contexto migratorio de Bulgaria. Bulgaria es el primer país europeo para la mayoría de las personas que emprenden la ruta de los Balcanes huyendo de Siria, Irak, Afganistán, Pakistán, Bangladesh, Nepal, Somalia y Marruecos. Es uno de los más peligrosos, y sigue siendo un país de tránsito en el que la gente no desea quedarse.

“Me han tomado las huellas dactilares, pero yo no quiero quedarme aquí. Para quedarme aquí estancado, hubiera preferido quedarme en mi país”. (S., 23 años, sirio)

Las personas en tránsito llegan a Bulgaria cruzando desde Turquía, y continúan su viaje principalmente hacia Serbia, con la esperanza de establecerse finalmente en otros países europeos como Alemania, Francia, Italia o España. Quedarse en Bulgaria no es realmente una opción puesto que es casi imposible encontrar protección en el país.

Como consecuencia de la externalización de las fronteras europeas y de la construcción contínua de vallas fronterizas, la ruta es cada vez más peligrosa para las personas que realizan este viaje.

La frontera turco-búlgara es tristemente la primera frontera más mortífera de la ruta de los Balcanes, como se constata con preocupación en el reciente informe de Lighthouse Report y de Bulgaria Border monitoring, que ha resultado en decenas muertes sólo en los dos últimos años.

Las personas en movimiento que cruzan por Bulgaria deben enfrentarse a un largo viaje a través de una naturaleza hostil y de condiciones climáticas extremas, luchando contra enfermedades y el puro agotamiento. Todo ello mientras evitan a la policía de fronteras, que “expulsa sistemáticamente a  personas refugiadas y migrantes a Turquía, sin un examen individual del riesgo de tortura o trato inhumano o degradante”.

Según los testimonios de NNK e informes de Human Rights Watch, recogidos de personas en tránsito, la policía golpea, roba, desnuda y utiliza perros contra las personas en tránsito. Las detiene arbitrariamente y las tortura sistemáticamente, para luego devolverlas a Turquía sin mediar ninguna entrevista ni ningún procedimiento formal de asilo.

Hasta ahora, y según nuestra interpretación de la situación, los posibles escenarios son los siguientes: si las personas que viajan irregularmente son sorprendidas en la frontera con Turquía, lo más probable es que sean devueltas; si, por el contrario, son sorprendidas en la frontera con Serbia o Rumanía, se las detiene sistemáticamente durante periodos indeterminados en centros de detención del país, con el propósito oficial del proceso de determinación de la condición de persona refugiada.

Detenciones y acuerdos con la UE

De acuerdo con la legislación búlgara, a finales de 2018, las personas podían permanecer detenidas hasta 30 días en lo que se llamaba una “detención de corta duración“, con el fin de completar los controles de seguridad, la elaboración de perfiles y la identificación que resultaba en una decisión sobre la prolongación de la detención o la remisión a un centro de recepción abierto.

En el verano de 2022, “en un intento de demostrar a las instituciones de la UE que Bulgaria estaba preparada para incorporarse a la zona Schengen, la dirección del MOI del gabinete provisional dio instrucciones para la aplicación directa de órdenes de detención de larga duración (con un periodo inicial de 6 meses), sin ninguna consideración previa de las circunstancias personales o de la solicitud de asilo presentada”.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya ha dictado una sentencia, en la que considera que las instituciones búlgaras infringen el artículo 5.1 del CEDH, relativo a la libertad y la seguridad de las personas. Aún así, las instituciones europeas apoyan activamente el régimen fronterizo búlgaro (como si fuera el suyo propio).

La respuesta de Bulgaria a las migraciones continúa estando centrada en la detención y la represión.

Nuestra experiencia hasta el momento

La gestión de las migraciones en Bulgaria sigue la siguiente actuación: envío de personas en primer lugar a centros de detención (centros de acogida cerrados), de ahí a Centros de Tránsito en los que se examinan las actuaciones procesales en materia de Derecho de Asilo y Migración y, si la solicitud se considera admisible, de ahí a campos para Solicitantes de Asilo.

Según las normas internacionales, la detención no debe ser punitiva. Sin embargo, los campos de detención de Lyubimets y Busmantsi (Sofía) son básicamente prisiones para personas que no han cometido ningún delito.

“Nos detuvieron cuando íbamos de Sofía a Serbia y nos llevaron al campo cerrado. Me quitaron el móvil y no me dejaron hablar con mi familia”, dice S., un hombre kurdo de Siria de 23 años, que salió de su país hace dos meses con su sobrino, M., de 13 años.

Las condiciones en los centros de detención no satisfacen las necesidades básicas y siguen siendo inadecuados, especialmente en lo que respecta a la higiene, la nutrición y la atención sanitaria, como ya informó Global Detention Project.

“O sea, que la comida era mala. El agua era de un color ambiguo y no olía bien. Pero nos obligaban a beberla”, y prosigue, “No había calefacción dentro del campo”.

“El agua tenía cloro y otros productos químicos. Sin embargo, no teníamos más remedio que beberla”. – N, un chico sirio de 20 años.

“M. estaba enfermo. Les dije que trajeran al médico, que no estaba bien. Dijeron que no. Les dije que no podía dormir por el dolor”. – S.

Después del “periodo de tiempo más breve” necesario para que la policía establezca y verifique la identidad del no-ciudadano, las personas son enviadas a Centros de Tránsito o a Campos para personas Solicitantes de Asilo.

Según se dice, los refugios SAR no están proporcionando los servicios más básicos, entre lo cuales  productos de higiene adecuados para los espacios personales y comunitarios.

En el ámbito del asilo, Bulgaria ya inició, en el marco de la aplicación del Proyecto Piloto de la Comisión Europea, procedimientos acelerados de asilo. Esto dio lugar a que algunas personas solicitantes, en su mayoría procedentes de Turquía y Afganistán, recibieran un trato discriminatorio y sus casos fueran tratados como infundados, lo que se tradujo en la no aceptación de las solicitudes y en la decisión de devolución inmediata a sus países.  

Por lo que sabemos, este procedimiento sigue llevándose a cabo en el Centro de Tránsito de Pastrogor.

Mientras tanto, en el campamento de Harmanli, un Campamento para personas Solicitantes de Asilo en el que la mayoría de personas proceden de Siria y han sido enviadas directamente desde los centros de detención, existe un sentimiento generalizado de que se encuentran atrapadas entre el increíble reto que supone la concesión de asilo y el miedo a ser deportadas una vez lleguen a otros países europeos en virtud del  Reglamento de Dublín.  

“¿Te arrepientes de haberte marchado (de tu país)?”

“Si llego a Alemania, no; si me quedo aquí, sí”. S., 23 años, Siria

Enseguida empezamos a recibir mensajes sobre lo que está pasando dentro.

Las condiciones dentro del campo son preocupantes a muchos niveles.

“Soy de nacionalidad siria y vivo en el campo de refugiados de Harmanli. Pasamos mucho frío y la comida nunca es suficiente. Hay menores en el campo que pasan hambre. Su vida está en riesgo. Los menores se mueren de hambre. En los baños no hay agua caliente. No hay calefacción central. Os necesitamos”. Y., 25 años, sirio.

Muchas personas se quejan de la comida: nos dan dos comidas al día, y no es suficiente. Las raciones son muy pequeñas.

“Hace mucho frío aquí. No podemos disponer de nada”. F., 30 años, sirio.

Conclusiones

Este es el contexto en el que NNK inicia su nuevo proyecto en Bulgaria.

Día tras día, evaluamos y hacemos todo lo posible para satisfacer las necesidades de la gente, tratando de llenar un enorme vacío institucional y adaptando nuestro apoyo a las necesidades y dinámicas que vamos conociendo aquí.

Sin embargo, nuestro principal objetivo no es sólo prestar ayuda humanitaria.

Nosotros, como siempre, denunciamos y hablamos alto por las personas que actualmente no tienen los medios para hacerlo, aportando nuestra solidaridad, respeto y humanidad en un contexto hostil y poco acogedor.

“Cuando estáis aquí, ya no estamos tristes”. – H., 22 años, sirio.