En este momento estás viendo VIOLENCIA INTERNA EN EL PUERTO DE PATRAS

VIOLENCIA INTERNA EN EL PUERTO DE PATRAS

Informe de Madita Strähle

Aproximadamente a las 2:30 de la madrugada del 27 de abril de 2023, un hombre de 41 años de Afganistán denunció haber sido golpeado por un guardia de seguridad del puerto con una porra eléctrica cuando intentaba escalar la valla de la zona portuaria de Patras, Grecia. La paliza provocó que el hombre cayera desde una altura de aproximadamente 2,5 metros, lo que le causó graves lesiones físicas en la espalda, las costillas y el pulmón.

Un dibujo del superviviente ilustrando el asalto.

“Cuando se rieron de mí, me tiraron agua a la cara y me filmaron, ya no quería seguir vivo”.  

El hombre y su compañero afgano intentaban subir a bordo de un buque atracado que se dirigía a Bari (Italia) a la mañana siguiente. Los dos hombres estaban sentados en una franja terrestre de rocas de cinco metros de ancho junto al vallado de la zona portuaria, frente al mar, tras haberse acercado a la zona portuaria de Patras (Grecia) de madrugada, hacia las 2:00 horas del 27 de abril.

Captura de pantalla de la zona portuaria de Patras. La marca roja muestra el lugar exacto en el que el acusado y su acompañante intentaban escalar la valla.

“Al acercarnos al puerto, pasamos por delante de una primera cámara de seguridad y luego de una segunda que estaba grabando. Nos escondimos, por si los guardias del puerto nos veían en cámara”. 

Vídeo grabado por el superviviente momentos antes de la agresión. La grabación se detiene porque el acusado ve a lo lejos a un guardia de seguridad del puerto con un perro.

Según el hombre, fue el primero en escalar la valla cuando no había seguridad portuaria a la vista, mientras su compañero observaba desde la orilla rocosa. Ambos hombres relatan que un guardia de seguridad con uniforme azul marino se acercó en moto desde el interior de la zona portuaria vallada. El encuestado supone que este guardia era un guardia de seguridad del puerto, ya que es la autoridad que opera dentro de la zona portuaria.

El superviviente declaró que estaba sentado en lo alto de la valla con la pierna derecha colgando hacia la zona portuaria y la izquierda hacia la zona exterior cuando se acercó el guardia de seguridad. El guardia de seguridad se apeó de su motocicleta, se quitó el casco blanco y golpeó al hombre una vez con una porra eléctrica en el pie.

Tanto el hombre como su acompañante describieron al guardia como una persona de aproximadamente 1,80 metros de altura, con uniforme de color azul marino y calvo.  

La descarga eléctrica le causó un dolor intenso e inmediato, que le hizo caer de espaldas desde una altura aproximada de 2,5 metros sobre las rocas situadas fuera de la zona portuaria vallada. Presumiblemente, el impacto de la caída hizo que el superviviente perdiera el conocimiento, ya que su compañero afirma que no reaccionaba cuando intentó ayudarle.

“Le vi caer de la valla con la espalda sobre una piedra. Intenté arrastrarlo conmigo, lejos de los guardias, pero no respondió. Sabía que estaba en muy mal estado y tuve que dejarlo atrás”. 

Testimonio del acompañante

El superviviente recobró el conocimiento al cabo de un tiempo desconocido, que él estimó en unos 20 minutos. En el lado opuesto de la valla, dentro del puerto, el hombre vio a unos diez guardias de seguridad del puerto, incluido el que le había agredido. Debido a la oscuridad y al fuerte dolor al que estaba expuesto en ese momento, no puede recordar los rasgos individuales de los guardias. 

Vista aérea del lugar del asalto.

Según el hombre, algunos de los guardias se reían y le hacían fotos y vídeos mientras él era incapaz de mantenerse en pie debido al intenso dolor que sentía en la espalda y el pie. A pesar de sus evidentes lesiones, el personal de seguridad del puerto no llamó a una ambulancia.

 “Tenía mucho dolor y me decían con voz sarcástica que soy débil y que debo ser más fuerte que esto. Cuando se reían de mí, me tiraban agua a la cara y me filmaban, ya no quería seguir vivo nunca más”.

El superviviente declaró que, al cabo de unos minutos más, llegaron cuatro agentes de policía en un coche, dentro de la zona portuaria, lo que hizo que los guardias de seguridad del puerto cesaran en su maltrato psicológico. El declarante supone que esos cuatro agentes eran de alto rango por su autoridad sobre los demás guardias. El hombre describió cómo se arrastraba a cuatro patas por el terreno rocoso fuera de la valla del puerto mientras era observado tanto por los guardias de seguridad del puerto como por los agentes de policía griegos desde el interior de la zona portuaria. 

“Me dolía tanto que no podía andar. Así que empecé a arrastrarme por las piedras sobre las manos y las rodillas como un bebé mientras los guardias me observaban desde el otro lado de la valla. No hicieron nada”. 

El hombre afirmó que, debido a sus heridas, tardó entre 1,5 y 2 horas en llegar a “casa”, un edificio abandonado donde vive, una distancia que normalmente se recorre andando en 9 min. En casa, el superviviente sufrió fuertes dolores, predominantemente en la espalda, durante varias horas.

“Me dolía todo el cuerpo menos las manos”. 

En la mañana del 27 de abril, a las 9h, el hombre ingresó en el Hospital General de Patras “Agios Andreas”, y hacia las 16h fue hospitalizado en la clínica.

En el servicio de urgencias le diagnosticaron neumotórax (colapso pulmonar) que debía tratarse con la colocación de un tubo para drenar la sangre y el aire, dos costillas rotas, una vértebra fracturada y un seno maxilar dañado (un espacio hueco en los huesos alrededor de la nariz). En total, el hombre estuvo hospitalizado 7 días.