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Syrian child in Turkey taking care of goats

RACISMO Y XENOFOBIA EN TURQUÍA CONTRA PERSONAS DE SIRIA

  • Categoría de la entrada:Pushbacks / Turquía / Violencia
  • Tiempo de lectura:6 minutos de lectura

Por Irene Sánchez y Emre que comparte su historia / Fotografía de B.Bécares

El racismo y la xenofobia contra los árabes en Turquía están aumentando. Emre (nombre falso) y No Name Kitchen se conocieron en 2018 en Velika Kladuša, un pueblo bosnio muy cerca de la frontera con Croacia. Emre intentaba llegar a un país europeo para pedir asilo, para tener la oportunidad de poderse operar los ojos, debido a problemas que podrían dejarle ciego. Solo tenía 19 años, pero como refugiado desde 2011, cuando su familia escapó de Siria, trabajaba en Turquía cuando era niño.

Ahora, nuestro amigo kurdo, Emre, tiene documentos en un país europeo. Estudia, sabe 5 idiomas y puede viajar con sus documentos. Pero está separado de su familia que vive en Turquía. Y quiso explicar y hacer público a qué se enfrentan los ciudadanos sirios en Turquía: aquí nos cuenta lo que ve y sufre cada vez que visita el país.

“Tengo muchas ganas de hacer todo lo posible para que los países y el mundo sepan lo que está pasando aquí, es algo que me hace llorar”, dijo. Si das alguna señal de que eres árabe u originario de un país árabe, tu vida corre peligro. En sus palabras:

“si hablo árabe, hay gente viene a mí y me dice, cállate, tienes que hablar turco porque estás en Turquía”. También nos ha hablado de casos en los que los taxistas se vuelven agresivos con los árabes y los golpean.

Estas situaciones hacen que los árabes tengan miedo de salir y de llevar una vida normal. Emre nos dijo que su familia no puede salir de casa. Su sobrina de 9 años no puede ir a la escuela, ni siquiera salir a caminar por miedo.

Personas sirias en Turquía que temen ir a la escuela

Además, tiene que mentir sobre su nacionalidad, no puede decir que es de Siria porque teme por su vida. Su hermana de 17 años sufre la misma situación. Tiene miedo de ir a la escuela porque entre la población siria se dice que los sirios son asesinados. Y “la policía no hace nada”, afirma.

Según Emre, el lugar del vídeo es Adana, una provincia de Turquía. Los carteles son arrancados a causa del idioma. Se ha hecho público que la policía turca arranca las señales con escritura árabe.

Y no sólo la policía no hace nada, sino que vulnera los derechos de estas personas, perpetuando el racismo y la xenofobia. Emre nos dijo que si la policía ve a algunos árabes, los arrestan, los obligan a tomarles las huellas dactilares, porque si se niegan a hacerlo, también los obligan a firmar un papel en el que está escrito que “quieren”. volver a Siria. Y, como les ha sucedido a amigos de Emre, si aún se niegan a firmar el documento, utilizan la fuerza física.

“Si no quieres hacerlo, te golpean”, nos dice Emre.

También afirma dice que conoce gente que ha sufrido esto. La policía deporta a la gente a su país, aun sabiendo que Siria no es un país seguro. Emre vio con sus propios ojos cómo la policía entraba a un baño para detenar a personas de Siria y subirlas a “un autobús de deportación”. En sus palabras, “realmente una situación que vuelve loca a una persona […] “El racismo es una palabra pequeña, odian a la gente”. El racismo y la xenofobia son tales que hay casos en los que la policía deporta a personas de Marruecos a Siria, colocando a todos los árabes bajo el mismo paraguas, como han recogido medios de comunicación.

Turquía está endureciendo las medidas contra los extranjeros y las personas en tránsito, lo que revela el resentimiento de la gente hacia los refugiados sirios. El gobierno turco está tomando medidas para expulsar a los árabes del país. Por ejemplo, la policía ha comenzado a arrancar carteles con escritura árabe. Además, en 39 distritos del país han dejado de expedir permisos de residencia a extranjeros.

Gracias a historias de personas en movimiento podemos conocer de primera mano las situaciones de racismo y xenofobia que sufren estas personas en países como Turquía, y así, denunciar estas vulneraciones de derechos humanos. “Tengo muchas ganas de hacer todo lo posible para que los países y el mundo sepan lo que está pasando aquí, es algo que hace llorar”, nos dice Emre.