Por Tatiana Antoni desde No Name Kitchen en Ventimiglia. Traducido por Bárbara B.
Este informe ofrece una visión general de la situación actual en la frontera franco-italiana, centrándonos en los cambios en la regulación de Francia y en cuál es el impacto que ha tenido sobre el control de las fronteras interiores (de Francia con otros países de la Unión Europea).
La militarización de la frontera y las recientes novedades jurídicas han provocado cambios significativos en el trato que reciben las personas en movimiento, especialmente en Ventimiglia. La decisión del Consejo de Estado francés de poner fin a las devoluciones sistemáticas se ha traducido en una notable reducción de estas devoluciones en la frontera, pero persisten los retos y muchas controversias.
Situación sobre el control de las fronteras interiores
Desde 2015, en respuesta a los atentados de Bataclán en París, Francia recurrió al estado de emergencia, citando amenazas terroristas como justificación para un estricto control de las fronteras. El Código de Entrada y Estancia de Extranjeros y Derecho de Asilo otorgaba a las autoridades la potestad de rechazar a los migrantes sin examen individual, lo que ha traído, estos años, la expulsión inmediata o la detención temporal de las personas.
En septiembre se presentaron ante el Tribunal de Justicia Europeo numerosos testimonios de organizaciones que vigilan la situación en la frontera, aportando pruebas de que la «denegación de entrada» equivalía a rechazos sistemáticos que vulneraban las normas de la UE y los convenios internacionales. Estos testimonios mostraron que las personas que están en proceso migratorio son devueltas de Francia a Italia sin que se examinaran sus expedientes ni tuvieran la posibilidad de solicitar asilo en Francia. Además, de que la directiva de retorno debería ser el último recurso y eso no se estaba cumpliendo. Francia, en cambio, rechazaba sistemáticamente a las personas en tránsito, en su frontera con Italia. Esta evolución confirmó la ilegitimidad de la denegación de entrada y su contradicción con las normativas europeas.
Cambios tras la decisión del Consejo de Estado francés
La sentencia del Consejo de Estado francés del 2 de febrero de 2024 marcó un punto de inflexión. Este Alto Tribunal francés, conocido por respaldar las decisiones tomadas por el gobierno, reconoció las cuestiones planteadas por el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas y, por tanto, la ilegalidad de las prácticas llevadas a cabo en Francia.
En respuesta, Francia ha empezado a poner fin a los rechazos sistemáticos desde principios de febrero, ajustándose a la legislación europea, y ha reintroducido un sistema que exige una autorización formal antes de realizar un proceso forma de readmisión a Italia. Esta sentencia puso de relieve la ilegitimidad de las devoluciones, confirmando así las denuncias públicas de que tales prácticas infringían las normas europeas.
Impacto en las devoluciones en Ventimiglia
Tras un mes de vigilancia fronteriza (febrero de 2024) en Ventimiglia pudimos comprobar que hay una disminución significativa de los casos de pushback o devoluciones. La frontera, uno de los principales puntos de paso para las personas en movimiento que salen de Italia, experimentó una notable reducción de las devoluciones a medida que Francia se adaptaba a la resolución del Consejo de Estado. Las devoluciones en Ventimiglia, que han sido un tema polémico, se redujeron a la mitad, lo que indica un cambio positivo en la libertad de circulación de las personas que quieren entrar en territorio francés.
Sin embargo, sigue sin estar claro por qué motivos las autoridades francesas deciden admitir o rechazar a las personas en movimiento. Son necesarias más investigaciones y observaciones para tener una idea más clara del régimen que Francia está adaptando tras la sentencia del Consejo de Estado.
Cambios en la práctica y medidas controvertidas
Aunque la decisión del Consejo de Estado parece positiva, sigue habiendo aspectos controvertidos. Los acuerdos bilaterales de Chambery imponen estrictos requisitos para el paso de Francia a Italia. Sin embargo, ahora Francia necesita una autorización formal de las autoridades italianas para llevar a cabo un proceso de readmisión, lo que constituye una novedad.
Italia tiene 48 horas para responder a las solicitudes de readmisión, y sólo con una respuesta positiva los agentes franceses pueden escoltar a las personas de vuelta a las oficinas de la policía de fronteras italiana.
Retos futuros y declaraciones
A pesar de los cambios positivos, persisten los retos. El gobierno italiano pretende limitar las readmisiones, lo que crea tensiones con Francia. Las declaraciones de reconocidos políticos francesas, como Eric Ciotti, ponen de manifiesto la dificultad de expulsar a las personas indocumentadas, lo que podría afectar a las fronteras interiores de los países de la UE.
Conclusión
La situación actual en la frontera franco-italiana refleja un panorama cambiante influido por decisiones jurídicas, acuerdos internacionales y la evolución de las posiciones de ambos países. Y lo que es más importante, muestra la importancia de los movimientos de base solidarios con las personas en tránsito, como No Name Kitchen, y su compromiso para dar visibilidad a estos casos, haciendo que los gobiernos rindan cuentas por su abuso de la ley.
El impacto en el control de las fronteras interiores, especialmente en Ventimiglia, pone de relieve la necesidad de una vigilancia y colaboración continuas para garantizar la protección de los derechos de las personas en situación de desplazamiento en el marco de las normas europeas.