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Rafa Del Barrio

LA HISTORIA DE AMIRA EN ESPAÑA: 30 AÑOS TRABAJANDO SIN DOCUMENTOS Y, POR TANTO, SIN DERECHOS BÁSICOS

  • Categoría de la entrada:Ceuta / No Name Kitchen-Labor
  • Tiempo de lectura:9 minutos de lectura

Por Celia Martín / Fotografías Rafa Del Barrio

Amira  (nombre ficticio) es de un pequeño pueblo cerca de Marrakech, en Marruecos y vino a España con 14 años huyendo de una situación de maltrato y explotación. Su tía era violenta con ella y la obligaba a trabajar de sol a sol haciendo las tareas del hogar. De su madre tampoco tenía apoyo, ya que Amira cuenta que la abandonó cuando ella era pequeña. Nunca pudo escolarizarse y, cuando tenía entre 13 y 14 años, según ella recuerda, quisieron casarla forzosamente con un hombre mucho mayor.

Fue ahí cuando ella decidió pedir ayuda a una hermana suya que vivía en Ceuta, para escapar de esta situación y de un destino no elegido por ella.

Por ello, tras un viaje migratorio muy difícil para cualquier persona, pero aún más para una menor de edad, llegó a Ceuta, con la esperanza de encontrar un lugar seguro donde vivir y donde poder empezar una nueva vida lejos de los abusos y el maltrato. Su hermana, que residía en Ceuta, intentó hasta en más de cuatro ocasiones poner sus papeles en regla pero, según nos relata, en todas las ocasiones su solicitud fue denegada bajo algún pretexto.

En estos cuatro intentos ella aún era menor de edad, sin embargo, las instituciones no la protegieron y se quedó exenta de sus papeles y de poder escolarizarse. Según nos cuenta, no sabe ni leer ni escribir y todo su conocimiento se basa en su propia experiencia de vida.

A su vez, ella buscaba e intentaba trabajar. Tras diez años de trabajos esporádicos y sin contrato, logró dar con una familia que prometió hacerle un contrato para que así ella pudiera regularizar su situación.

Explotación laboral en España

Ahora, después de 20 años trabajando en esta casa como empleada del hogar y cuidadora, sigue sin tener un contrato, lo que le obliga a vivir en esta ciudad española sin documentos que regularicen su situación. Actualmente, ella cuenta que trabaja alrededor de 30 horas semanales por un salario que apenas alcanza los 450€, sin derecho a vacaciones ni a seguridad social (teniendo que costearse ella todos los servicios sanitarios).

Amira tiene un problema grave de salud relacionado con el corazón y, pese a su bajo salario, ha tenido que pagarse todas las consultas e intervenciones para que profesionales puedan atenderla y tratar su enfermedad.

Ella nos cuenta que ha intentado por activa y por pasiva regularizar su situación y vivir dignamente en Ceuta, pero solo ha recibido respuestas inútiles e incompletas por parte de las instituciones. Sin papeles no puede acceder a la sanidad, sin papeles no puede conseguir contrato, sin papeles no puede regularizar su situación, y así durante 30 años, sin alternativas para mejorar su vida.

Ella quiere vivir como cualquier ciudadana pero con las trabas burocráticas y administrativas que rigen la vida en esta ciudad fronteriza, contra las personas migrantes, Amira está relegada a vivir en la economía sumergida.

Sin poder cotizar para tener derecho a jubilación y sin poder acceder a los recursos a los que la ciudadanía en España tiene derecho. Como ya hemos hablado, a las personas migrantes que quieren instalarse en España y a las personas solicitantes de asilo, se les ponen mil y una trabas para poder vivir con seguridad y en situación regular. Amira afirma estar huyendo de la miseria y el maltrato, de las pocas o nulas oportunidades que hay en Marruecos, ella solo intenta encontrar un camino que le ayude a desarrollarse como ser humano pero, por desgracia, aquí dice no tener ni derechos ni nadie que la ayude.

Costes legales para buscar una solución

Ante esta situación y la incapacidad de las instituciones para darle respuesta y guiarla, decidió contratar un abogado que la ayudase a buscar nuevas vías. Desgraciadamente, el primero, tras cobrarle 3000€ por su servicio, desapareció, como ella misma nos relató. El segundo, aun habiendo recibido ya 1500€, actúa de forma despreocupada y no le está dando respuestas. De acuerdo con Amira, este hombre siempre dice estar de vacaciones o fuera de Ceuta y le dice que lo mirará, pero a día de hoy, dos años después de contratar sus servicios, sigue encontrándose en la misma situación administrativa.

En plena ola de COVID, Amira enfermó y logró recuperarse, aunque para ello tuvo que pagar 335€ por una cama, una noche en el hospital. La atención médica para tratar los efectos secundarios del COVID, como un dolor crónico en la pierna derecha, también tiene que pagárselo ella. Calcula que desde 2017, entre abogados, médicos y costes administrativos, llevará gastados alrededor de 7.000€. Y eso contando solo estos últimos años.

El cierre de fronteras entre España y Marruecos ha dificultado su situación

Rafa Del Barrio

A causa de la pandemia por la COVID se cerraron las fronteras entre Ceuta y Marruecos. Se reabrieron en mayo de 2022 pero con muchísimas restricciones, dejando a muchísimas personas sin la posibilidad de volver a cruzar esta línea que divide dos países, y, por ello, se quedó sin poder renovar su pasaporte marroquí.

Hemos de recordar que antes de la pandemia las fronteras estaban abiertas para personas de las localidades aledañas con ciertos requisitos, por lo que había personas que trabajaban en Ceuta y dormían en Marruecos, y por ello tenían facilidad de entrar y de regresar a su país. Con el cierre de fronteras muchas personas se quedaron atrapadas o en Ceuta o en Marruecos, perdiendo su trabajo o separándose de su familia y de su hogar.

Amira, con su pasaporte caducado, no puede regresar a Marruecos para renovarlo, ni tampoco puede ir al consulado de Algeciras puesto que sin papeles no puede cruzar el Estrecho subida en un ferry. La consecuencia de la caducidad de su pasaporte ha sido la congelación y paralización de su cuenta bancaria.

Tras años y años llenos de dificultades y adversidades, y ante la última noticia de la congelación de su cuenta bancaria, desarrolló un trastorno de ansiedad y depresión con pensamientos suicidas que persiste en la actualidad. Su bajo salario junto a todos los gastos en médicos, abogados, etc., le dificulta, por no decir imposibilita, poder pagarse un psicólogo para atender también a su salud mental.

Ahora, ha decidido contactar con nosotras, con la esperanza de que contando su historia se haga eco de lo que sufren las personas en situación irregular en Ceuta y con la esperanza de encontrar una nueva vía a través del asilo. El asilo en la mayoría de los casos es denegado y el simple hecho de haber nacido en Marruecos es una garantía casi segura de su denegación. La condición de refugiado es otorgada cuando la persona es perseguida en su país por motivos de etnia, religión, nacionalidad, género, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas. Pero no contempla otras formas menos visibles de violencia como las pocas oportunidades de vida en tu país y la nula capacidad e intención de las instituciones por garantizar la seguridad de los ciudadanos, pese a ser motivos de migración forzada y no voluntaria.

Aun así, no dudará ni dudaremos en intentar todas las formas posibles para poder cambiar su situación. Gracias Amira por contar tu historia, gracias por querer compartirla con nosotras y querer visibilizarla para así denunciar públicamente la violencia administrativa tan racista que os reduce y os empuja a vivir en los márgenes de la sociedad, sin garantías ni oportunidades de vida.

Desde NNK, como llevamos tiempo haciendo, seguiremos denunciando y apoyando a las personas migrantes cuyas políticas xenófobas y racistas les imposibilitan vivir como seres humanos y disfrutar de todos sus derechos.